LO ESENCIAL DEL LIBRO “ATRÉVETE A ALCANZAR EL ÉXITO” DE HADA MARÍA MORALES.
"NO SEAS SOBERBIO, TEN ESPÍRITU ENSEÑABLE Y REGOGERÁS FRUTOS DE ÉXITO"
Quiero contarte la forma en que realizo los planes que Dios ha puesto como metas para mi vida.
Está compuesta de cuatro elementos vitales que debo seguir al pie de la letra, pues uno no puede dar frutos sin la participación de los otros.
Creo con todo mi corazón que Dios pone en mi, de su parte, los dos primeros:
La visión y la misión.
Y de mi parte:
La obediencia y la perseverancia.
Conócete a ti mismo.
Siempre les he dicho a mis hijas que dos de las decisiones más importantes que deben tomar en su vida son: Qué carrera van a estudiar y con quien se van a casar. Éstas elecciones son determinantes pues alteran positiva o negativamente sus vidas. No menos importante es el lugar donde quieren trabajar y para ello deben en primer lugar conocerse a sí mismas tanto como sus puntos fuertes y débiles.
La oportunidad en la vida llega a nuestras manos como esa valija que ha estado dando vueltas en la banda del aeropuerto, pero también se puede ir si estamos <cazando moscas>, distraídos, tonteando y pensando que el tiempo se puede estirar como un chicle sin disponernos a invertir no sólo materialmente sino emocionalmente en esa oportunidad.
Para lograr los sueños hay que convertirlos en metas, y andando querido que nada cae del cielo.
Soñar es un deber, es algo así como la brisa fresca que oxigena nuestro corazón y le da vida a nuestra existencia, pero si sólo se queda en brisa se seca. Estamos llamados a encender la chispa y esta moverá el motor para que esos sueños se conviertan en realidad.
Los sueños deben pasar a ser metas y son las que le ponen alas a nuestros sueños.
Nosotros, que conocemos que sin sabiduría nada dura, trataremos de ver las cosas desde este punto de vista. No me canso de repetir que el éxito no es precisamente: “Luces, cámara y acción.” Creo que podemos tener éxito sin cámaras y sin luces, pero NO sin ACCIÓN.
Cuando emprendo un proyecto hago de cuenta que me estoy subiendo a mi auto Volkswagen Beatle, y mis proyectos deben tener:
Dirección: para saber a dónde voy y que pretendo lograr.
Acelerador: debo llevar cierta velocidad para llegar a la meta, una constante.
Nosotros, que conocemos que sin sabiduría nada dura, trataremos de ver las cosas desde este punto de vista. No me canso de repetir que el éxito no es precisamente: “Luces, cámara y acción.” Creo que podemos tener éxito sin cámaras y sin luces, pero NO sin ACCIÓN.
Cuando emprendo un proyecto hago de cuenta que me estoy subiendo a mi auto Volkswagen Beatle, y mis proyectos deben tener:
Dirección: para saber a dónde voy y que pretendo lograr.
Acelerador: debo llevar cierta velocidad para llegar a la meta, una constante.
Frenos: hay momentos en el proceso que hay que frenar y esperar instrucciones o medir resultados.
Si aplicas estas reglas tan simples seguro que tu viaje al éxito será más placentero y Dios será tu eterno copiloto.
Listos, en sus marcas, ¡fuera!
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