jueves, 6 de marzo de 2014

¡ES TAN IMPERFECTO!

¡ES TAN IMPERFECTO!
Tomado del libro "AVENTURAS COTIDIANAS PARA EL ALMA"
de Jueli Gastwirth y Avram Davis

A menos que usted haya vivido en un encierro total las últimas dos décadas tiene que admitir que el mundo perfecto y digitalizado de las computadoras ha influido en su productividad y en sus expectativas.
Aunque aprecia la moderna computadora y todas las comodidades que le brinda, si es usted como la mayoría de los moradores del mundo industrializado, la era digital ha producido cierto efecto en la rapidez y la perfección que usted espera que tenga su vida, sus tareas y sus logros.

En medio de la ruidosa confusión de los adelantos tecnológicos modernos, muchas personas a menudo sueñan con que el péndulo pudiera oscilar en la dirección contraria. Después de dedicar ocho horas diarias (o más) acariciar teclas alfabéticas y a manipular ratones de alta tecnología, ¿quien no ha regresado a su hogar añorando un estilo de vida más sencillo, imperfecto y modesto? ¿Puede usted imaginar que recibe felicitaciones y promociones por ser menos que perfecto?¿Como sería sentirse realizado por el hecho de que su último proyecto quedara inconcluso para siempre?

Desde el siglo XV, el arte japonés del wabi-sabi ha alentado a los individuos a valorar cosas que son imperfectas, incompletas y no permanentes. Esta elegante tradición percibe la belleza en cosas defectuosas, gastadas, agrietadas, viejas, partidas, erosionadas, abandonadas o usadas. Aunque no existe una traducción exacta al español moderno para el término wabi-sabi, podemos comprenderlo en nuestro idioma con el modismo occidental de "menos es más".

Esta tradición profesa reverencia a lo auténtico, celebra la apoteosis de la naturaleza y se constituye como una filosofía. Por ejemplo: wab-sabi es sólo un lirio en lugar de una docena de rosas rojas; es la elegancia del mantel deslavado en la mesa de la abuela en lugar de una moderna cubierta de vidrio estilizado. Es saber apreciar la estética de la desgastada puerta de tu cochera sin pensar siquiera en pintarla de nuevo.

El wabi-sabi es un don muy especial. Es una auténtica y respetada tradición de centurias que nos da permiso de apreciar y creer en cosas que a menudo, al menos en la era moderna, se perciben como inaceptables, devaluadas o menos valiosas. 
Para comenzar a practicar el arte del wabi-sabi, sencillamente: 

  • Disminuya el ritmo acelerado de su vida. 
  • Tranquilice su mente.
  • Identifique la hermosura de lo que ya existe de manera natural.

Más que nada, el wabi-sabi es una actitud mental, un modo de ser. Es un enfoque que acepta a uno mismo, a los demás y a todas las cosas tal como son. Encontrar belleza, significado y autenticidad en lo incompleto, lo imperfecto y lo no permanente es el alma del wabi-sabi y es también la esencia de un estilo de vida más placentero. La próxima vez que usted se sorprenda en el acto de posponer tareas con el fin de relajarse un poco más, cuando note una maceta despostillada en su jardín, si refunfuña porque tiene platos que no pertenecen al resto de la vajilla o cuando la falta de armonía entre los colores le produzca un efecto de choque, piense en términos del wabi-sabi. No es una excusa: es una forma de arte. No se trata de perfección sino de aprecio.

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