TOMADO DEL LIBRO
"USA TU PODER MENTAL" DE ARTHEMIS GOODMAN. ED. EMU
Podemos definir la autoestima como la conciencia de nuestro valor intrínseco como personas. Esto quiere decir que, para amarnos realmente a nosotros mismos, debemos ser conscientes de que somos importantes, independientemente de nuestras posesiones materiales, de nuestro aspecto físico, de nuestro nivel educativo y, sobretodo, de lo que los demás opinen acerca de nosotros.
Algunas personas tienen baja su autoestima porque sienten que nunca han hecho nada importante en su vida. Si eres de esas personas, ten en cuenta que el estar vivo es ya un gran triunfo. Cuando fuimos concebidos, nuestro padre depositó una carga de millones de espermatozoides, todos ellos con un solo objetivo: fecundar el lóbulo aportado por nuestra madre. Sin embargo, no todos lograron su objetivo. Sólo uno consiguió llegar a la meta: el mejor. Esto nos convierte a todos en triunfadores.
Quizás nunca hayas aparecido en televisión, ni hayas ganado ningún reconocimiento, pero ten en cuenta que esos no son más que logros superficiales. Tal vez eres una excelente ama de casa, un padre comprensivo y amoroso, un gran carpintero o una extraordinaria cocinera. Esto está permitido incluir en la vida de los demás de manera positiva y te echo dejar una huella en el mundo. Por esa razón ya eres importante.
Muchas personas piensan que tener una autoestima elevada es algo negativo, pues equivale a sentirse superior a los demás, o a ser altivo o presumido. Sin embargo, la autoestima y el complejo de superioridad son dos cosas distintas e incluso opuestas . Por lo general, las personas presumidas o que tratan a los demás como seres inferiores suelen comportarse de esa manera porque, en realidad, su autoestima es demasiado baja. Tales personas creen que la única manera en que pueden sentirse Importantes es haciendo sentir mal a los demás, ya sea maltratándolos física o emocionalmente, o rodeándose de posesiones materiales que otras personas no pueden permitirse, como joyas, ropas de marcas prestigiadas, autos carísimos, membresías en clubes exclusivos, o los últimos adelantos tecnológicos.
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