lunes, 1 de junio de 2015

¿SOÑADOR O EMPRESARIO?. Y LA MANO DEL TOQUE DE MIDAS



¿SOÑADOR O EMPRESARIO?
Y LA MANO DEL TOQUE DE MIDAS


TOMADO DEL LIBRO 
"EL TOQUE DE MIDAS" 
DE DONALD TRUMP Y ROBERT KIYOSAKI

¿Soñador o empresario?
Un empresario, un hombre cuya mente se inclinaba hacia la mecánica desde que era niño, vio la oportunidad de cambiar el mundo. Encontró la manera de hacer lo mejor para toda la gente, y por eso, se dispuso a construir, no su fortuna, sino el sueño de un nuevo tipo de vida para todas las personas.

El hombre lidio con los desafíos de perfeccionar su idea, fabricar las incontables versiones de prototipos de su producto -cada una de ellas mejor que el anterior-, y construir su compañía. Sin embargo, su mayor batalla fue contra la gente que no podía apreciar su visión, expandir su enfoque y ver las cosas como podrían llegar a ser, en lugar de cómo eran en ese momento. La lucha fue muy intensa pero él se mantuvo firme en el camino llegó a  dudar de sí mismo, y con muchísimos sacrificios se alejó de su objetivo en varias ocasiones. También fracasó con frecuencia, pero como siempre le gustaron los dichos, prefirió pensar que el fracaso era "una oportunidad para comenzar de nuevo… con más inteligencia".

No era muy buen estudiante y, para colmo, aprendió muy poco en la escuela. Sin embargo le encantaba desarmar aparatos para ver cómo funcionaban. Su pasatiempo favorito era "descuartizar "relojes. No tenía título profesional, pero asistió a una escuela nocturna para fortalecer sus destrezas y, como también era muy inteligente, con el tiempo se convirtió en un maestro muy querido del oficio que practicaba. A él se acercaron estudiantes que igualaban su entusiasmo y qué, ya muy tarde por la noche, se presentaban como voluntarios para trabajar en sus proyectos y aprender del proceso.

Su habilidad para atraer el talento y el trabajo de otros en envidiable, y lo aprovecho para rodearse en su negocio de gente que entendía de asuntos con los que no estaba familiarizado.

Tuvo mucho éxito cuando trato de reunir recursos por medio de inversionistas que creyeran en su producto. El problema fue que en lo que no siempre tenían fe, era en su visión, y al hombre le descorazonó descubrir que la gente sólo se enfocaba en el dinero. Llegó el momento en que lo despidieron de su propia compañía, que llevaba su nombre. Un hombre de menos valía habría abandonado la lucha y buscado otro empleo.


Curiosamente, unos años antes, él mismo había renunciado al empleo que tenía en una compañía muy importante. Como su actividad empresarial no le redituaban lo suficiente, tuvo que mudarse varias veces con su familia a lugares más modestos. Cuando todavía trabajaba para otros durante el día, recibió inspiración del icónico individuo que dirigía la empresa donde laboraba.

Era un hombre al que había idolatrado desde la infancia, y con quien tuvo la oportunidad de convivir brevemente un día. Con una explicación muy somera, le describió su invento. El hombre dio un puñetazo en la mesa y le dijo: "Joven amigo, eso es: lo consiguió. No se dé por vencido".

"Aquel puñetazo en la mesa significó muchísimo para mí", le dijo el empresario a su paciente esposa. "El año que viene no me vas a ver mucho." Para ser honestos, alcanzar el éxito le tomó más de un año. Fueron décadas.
Las respuestas rara vez nos llegan en uno de esos momentos que nos hacen gritar "¡Eureka!", y lo que sucedió con Henry Ford, no fue diferente. El observó el mundo que lo rodeaba y, con mucha lentitud logró llegar al momento oportuno y alcanzar su objetivo. Ford demostró que un empresario no tiene que inventar una nueva tecnología. Su enorme éxito fue resultado de algo más valioso: una marca. Los automóviles fabricados a la medida era lo que estaba de moda en aquel tiempo, pero formaban parte de un concepto que no era compatible con la visión que Ford tenía. El quería que toda la gente pudiera disfrutar del lujo que, entonces, sólo los ricos podían pagar.

Foro quería cambiar el mundo y creía que el secreto radicaba en un automóvil con motor de combustión interna  -en este caso, generada por gasolina- que se ensamblara en una fábrica en la que todos los automóviles fueran iguales. Su héroe, el hombre para quien trabajaba, también creía en esa idea, y por eso, dio un puñetazo en la mesa y motivó a Ford a continuar trabajando a pesar de los fracasos y el paso de los años.

Henry Ford se atrevió a soñar en grande. Un domingo escucho al ministro de su iglesia decir: "Enganchen su carrito a una estrella", y entonces le dijo a su hermana, "eso es lo que voy hacer". Fue en 1893. Diez años después, el 23 de julio de 1903 el dentista Ernst Pfenning, de Chicago, compró el primer modelo A de la Ford Motor Company. Henry Ford lo había logrado. Había dejado de ser un soñador, para convertirse en empresario.

LA MANO DEL TOQUE DE MIDAS.

Los cinco dedos representan los cinco factores clave de todo empresario que sueña con el éxito y debe llegar a dominar; pero te advertimos que estos conceptos no se enseñan en las escuelas.

La mano del toque de midas es la metáfora perfecta para representar los atributos esenciales requeridos para el éxito empresarial. Si llegas a dominar todos los dedos, descubrirás la magia que ha hecho increíblemente ricos algunos empresarios, aunque no a la mayoría.

  • El pulgar representa la fuerza de carácter. Sin ella, los empresarios no podrían soportar los inevitables fracasos y desilusiones que conlleva a crear algo de la nada. Los territorios no explorados siempre están llenos de peligros. En lo que se refiere al concepto del toque de Midas, el pulgar representa tu madurez emocional y fuerza de carácter. Si el pulgar no participa, los otros cuatro dedos no cuentan con la estabilidad necesaria para enfrentar los desafíos, los altibajos, los logros y los fracasos que enfrentan los empresarios día tras día.

  • El dedo índice representa el enfoque. Los empresarios deben contar con el enfoque adecuado para alcanzar el verdadero éxito.

  • El dedo medio, el más largo de todos, tiene que ver con la marca. Refleja aquello que representas. Si no tienes una marca sólida y la disposición para hacer que todo el mundo se entere, no podrás desarrollar el toque de midas.
  • El dedo anular es el que tiene que ver con las relaciones: cómo encontrar un buen socio, como ser un buen socio, y como construir distintos tipos de sociedades para lograr el éxito.

  • Finalmente, el dedo meñique se relaciona con lo pequeño. Sin embargo, no sólo se vincula con el dominio sobre los detalles. Los detalles pueden convertirse en factores de gran importancia, y lanzarte en una dirección de logros exponenciales. Aprenderás a detectar ese pequeño elemento que puede convertirse en algo grande para tus clientes y para tu negocio.


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