LA VERDAD DE UN VENDEDOR.
TOMADO DEL LIBRO EL BUSCADOR DE LEONARDO CORONA FOX
Sí, es verdad que el sol
se siente más fuerte después de caminar doce calles, y el hambre cala más
después de las tres de la tarde; que tus zapatos son testigos fieles de tus
proezas.
Sí, es verdad. Se extraña
más a la familia después de ocultarse el sol, se necesitan unos brazos cálidos
y una palabra de aliento cuando la lluvia golpea insistente tu fe.
Sí, es verdad que no
ocasiones parece que la vida está en tu contra, que las palabras de aquellos
que te dicen que sí se puede, que no te venzas, que tengas valor, que tú eres
el mejor, no hay límites, etc., parecen huecas.
Pero también es verdad que
al llegar a tu casa y ver que tus hijos te esperan felices, que tienen un techo
que los cubra del sol que te desmaya y de la lluvia que te deprime; que hay un
plato con sopa en tu mesa para los seres que amas, que los brazos agradecidos y
tiernos de una mujer te esperan amorosos, es verdad que te sientes bendecido.
Sí, es verdad que haz
sollozado de angustia en alguna ciudad por la lejanía de tus seres queridos,
que desde la ventana de un cuarto de hotel has llorado al ver las luces
navideñas, los resplandores de los juegos pirotécnicos del aniversario de la
Independencia.
Si es verdad, el corazón
te aprisionaba, y un grito de dolor te tragaste al llamar a casa ese Día del
Padre y escuchar a tus hijos cantarte las mañanitas, mientras que estabas ¡a
600 km de distancia!
Sí, es verdad que
arriesgaste tu vida una noche lluviosa manejando cansado y con miedo, para
llegar a tiempo a la fiesta de tu madre, y que quisiste botarlo todo cuando
llamaste a casa y ella te dijo que el niño estaba enfermo.
Pero también es verdad que
lloraste de alegría al ver a tu hijo graduarse, que tus manos temblaron al
sostener a tu hija de quince años cuando bailó su vals, y que agradeces el
cielo cuando-bajo el árbol navideño-hay regalos para tu familia. Que te sientes
seguro y feliz al llegar a tu hogar; al saber que cada mueble, cada cuadro y
cada cosa es el fruto de tu esfuerzo.
Sí, es verdad. Eres un
caminante, un buscador de metas, un nómada aventurero, un Cristóbal Colón de
nuestro tiempo. Eres un vendedor orgulloso de su compromiso: eres un gran
vendedor, un enorme buscador de oportunidades.