TOMADO DEL LIBRO “TÚ A DIETA” DE MICHAEL ROIZEN
A nivel intestinal, los alimentos pueden causar inflamación en las paredes de los intestinos a través de fenómenos como las alergias, las bacterias u otras toxinas. Cuando la comida incita reacciones inflamatorias en tus tripas, es como si subiera arrojado una granada a tu sistema digestivo. Después, en respuesta a esa dañina granada, tu cuerpo roja más granadas hasta crear una Guerra de los Mundos digestiva apocalíptica. El efecto es que, mientras más inflamación haya en nuestros intestinos, más toxinas pueden entrar a nuestro torrente sanguíneo.
Comer alimentos no saludables es como tener una infección crónica que dispara una reacción inmune y que después causa inflamación.
Una de las metas de tu cuerpo es llevar glucosa a las células cerebrales para alimentarlas y que puedan funcionar. Pero la inflamación en tu cuerpo impide que la azúcar llegue a esas células y tú terminas por desear consumir más glucosa y más alimentos dulces, que incrementan la inflamación y dan inicio al ciclo de nuevo.
Mientras más inflamación tengas, menos eficiente será tu aprovechamiento de calorías y menos saludable te sentirás. Mientras más mal te sientas, más malos alimentos consumirás para intentar sentirte mejor. Mientras más malos alimentos consumas, menos podrás responder a las tensiones normales de la vida y más inflamación experimentarás. Y mientras más inflamación tengas, más alto será el riesgo de que desarrolles:
Diabetes.
Presión arterial alta.
Malos índices de colesterol.
Y todas las demás condiciones que contribuyen a que se incremente tu talla y disminuya tu salud.
Simple y llano: la inflamación hace envejecer tu cuerpo, hace que tus arterias sean menos elásticas e incrementa la arterioesclerosis (la oxidación de los vasos sanguíneos). La inflamación también causa que se dañe tu ADN y las células pueden hacerse cancerosas, además de que incrementa el riesgo de infecciones. Si los mediadores de inflamación luchan en en las arterias, no pueden defender en ningún otro sitio y eso incrementa el riesgo de que tu cuerpo se vuelva contra sí mismo y cause una enfermedad autoinmune, en la cual tú atacas a tus propios tejidos (por ejemplo, algunas formas de artritis reumatoide y enfermedades de la tiroides"
La inflamación estresa tu cuerpo.
La inflamación engorda a tu cuerpo.
La obesidad no es sólo una enfermedad y donas y pastelillos. La obesidad es una enfermedad de inflamación.
Hay tres puntos para ver como los alimentos influyen en la inflamación y como la inflamación influyen la grasa:
Tu principal carretera interestatal de comida: tu intestino delgado. Este órgano de alrededor de seis metros de largo, (Mide cerca de tres veces tu altura) funciona como tu segundo cerebro y decide cuáles alimentos concuerdan con tu cuerpo y cuales causan que éste se revele como niños de doce años con un maestro sustituto.
Tu estacionamiento de grasa: tu oméntum. El oméntum, que se localiza junto al estómago, funciona como un establecimiento primario de almacenamiento de grasa en donde estacionas parte o todos los alimentos excedentes que consumes, en casos muy malos. En términos ideales, el estacionamiento debe estar vacío pero, a medida que ganamos peso, algunas barrigas albergan hasta cuatro niveles más de grasa. Lo más importante es que el momento funciona como la vía férrea del estrés: ¡Eureka! Las barrigas más grandes Indican niveles más altos de estrés crónico mal manejado, lo cual causa niveles crónicos de inflamación.
Tu departamento de procesamiento de mensajería: tu hígado. Tu hígado es el segundo órgano más pesado de tu cuerpo (el mayor, la piel, es dos veces más pesado) y es la máquina de metabolización de tu cuerpo. Tweet guiado funciona como un centro postal urbano que alberga toda la correspondencia de llegada (en términos de nutrientes y toxinas), la separa, la libera de toxinas y le envía a los diferentes destinos de tu cuerpo para ser utilizada como energía.
Mientras esos tres órganos juegan diferentes roles, el punto crucial en su relación es el siguiente: el intestino delgado procesa primero la comida y tu oméntum ayuda almacenarla. La inflamación ocurre en tu intestino delgado y en tu oméntum, pero la gran batalla ocurre en tu hígado, donde tiene lugar la respuesta inflamatoria más importe de todas. Es la que te hace almacenar grasa y experimentar sus efectos poco saludables.
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